El amor no tiene fronteras y aquí tenemos la demostración, donde una japonesa y un colombiano consolidaron el sí quiero en Gordaliza del Pino en la bodega de Eduardo, que como buen anfitrión, nos trató de maravilla, cenamos, bebimos un vino excelente y los invitados de distintos paises dieron palmas, disfrutaron de buena música y bailaron de lo lindo. Muchas gracias por acogernos de esa forma, nos sentimos como en casa.